
Hoy mientras meditaba llegue a la comprensión o tal vez a recordar algo que ya se pero que me cuesta mucho trabajo poder aceptar.
Nada nos pertenece
Hace unos años, estaba pasando uno de los procesos más duros, me diagnostiqué a mi mismo cancer y estaba por entrar a mi proceso de enfrentarme a él. Muchos de mis amigos empezaron a acudir a mi casa a verme, a qué les diera alojamiento o a qué les diera terapia y ello lo tome como una señal de que el ciclo mío estaba cerrándose. Empecé a pensar en todas aquellas cosas que me ataban a este mundo y me di cuenta de que poco era relevante lo material, empezando porque no tenía mucho que poder dejar físicamente, y lo que había en realidad no me era trascendente, pero si había apegos, y esos eran a mis seres queridos y a la propia vida. Cuando finalmente entendí que tenía que soltar puede atravesar mi proceso y curación de la enfermedad, literalmente renací. Esa historia está escrita en el libro de Despierta es tiempo.
Ahora, tengo que enfrentarme a un proceso nuevamente de desapego que me ocasiona un terrible dolor y es el desapego de mis seres queridos y nuevamente hoy se recordaron algo que quiero compartir contigo.
Nada, absolutamente Nada de lo que vemos aquí nos pertenece. Todo lo que ocurre, las circunstancias, los bienes y las personas, todas son tan solo efímeras porque nuestra propia existencia lo es. Y aunque duela y parezca duro es simplemente así.
Nada es nuestro en esta vida y eso aplica para nuestra pareja, los amigos e incluso nuestros hijos. Coincidimos en este mundo en sincronías y luego, seguimos nuestro camino cada uno en su propia existencia aquí o en otro plano. Sin embargo, también me recordaron algo más.
Todos somos parte de ese Dios que todo lo es
Absolutamente todo, forma parte del mismo principio creador. Yo lo Soy y Tú lo Eres, solo que en este momento tu y yo nos estamos manifestando aquí y ahora de esta forma, intentando con ello dar la imagen o creencia de que estamos separados. Que somos dos seres distintos, más la verdad es que no es así. Tú y Yo somos la misma esencia, la misma creación y por ende yo no te puedo poseer y tú no puedes poseerme porque tú y yo simplemente SOMOS.

Llegar a ese punto me llevo a entender entonces que por más que queramos, intentar o creer que algo o alguien es nuestro es tan solo una ilusión del ego.
Venimos y nos manifestamos de distintas formas para que tú y yo nos podamos expresar, podamos juntos explorar esta parte que hoy Tú y Yo somos, por eso honraremos hoy lo que Si tenemos y los que Si SOMOS. Es eso lo que se llama en UCM el instante sagrado, convertir el momento en el que hoy estamos con nuestros seres queridos, en el lugar que amamos, en lo que nos hace felices en el momento más importante de este breve espacio y tiempo.

Esta envoltura humana nos ha sido próvista de cinco sentidos orgánicos y de varios extrasensoriales para que podamos hacer este momento sagrado, y ello significa bebé cada instante cómo si fuera el último porque luego tenemos que soltar y dejar que las cosas simplemente sigan su curso.
Tu alma y la mía saben que en algún momento llegaremos nuevamente a la unidad, pero en este instante mi Ego y el Tuyo tienen la ilusión de un término de un fin.
Irónico no? Nada nos pertenece porque finalmente los dos SOMOS.
Ojalá que esté mensaje resuene también contigo y que en esta fecha de portales que nos recuerdan nuestros apegos y nuestros duelos pueda ayudar a entender si estás en ese apego que nada ni nadie se ha ido, solo estamos creando esa ilusión de separación.
La solución? Escucha al ego y apapacharlo y acepta que esta dolido, abre los brazos al alma y entonces permite que te de entendimiento, en algún punto los dos se reconciliaran y entonces recordaremos que nosotros siempre SOMOS.
Con afecto Juan Fco