Por CONCHETINA

2 de diciembre

Hace frío y el viento sopla muy fuerte. La luz eléctrica se fue y entre el obscuro y silencioso espacio de mi habitación no tengo más remedio que encontrarme conmigo mismo y unos amigos, ya han llegado. El calor entre las cuatro paredes aumenta, se pueden sentir esas energías sutiles. He prendido un par de velas mientras llegan los demás… ya somos un montón.. recostada sobre mi cama mi amigo imaginario se acerca a mi, preguntando qué sería bueno hacer en este momento de encuentro.. como siempre me encantan sus historias y le pido nos cuente una, a él le encanta ser el centro de atención, parece que he dado en el clavo, entonces se pone recto y afina su voz.

–Escuchen lo que les voy a decir.– nos miro a todos. – Ayer mientras caminaba por el desierto pensaba que mágico sería que tu, mi amiga pudieras recordar esos días placenteros que pasamos juntos en el reino antes de pasar a este plano por que así me podrías ver todos los días. Me llego la nostalgia -dijo- . Solo de recordar aquella vez que tomábamos el café creando formas con las nubes y que moriamos de risa al recordar cuando creaste la especie más rara y graciosa aquel «Osminguo Cartricus del Antrentu Linau» y, simplemente con el nombre que le pusiste yo moría de risa. Pero semejante criatura había que llevarla con los maestros para que dieran autorización de materializarlo en el plano físico, pero…, recuerdo que de lo gracioso era que ni siquiera lo pudiste mostrar.

– ¿Qué paso con el ? -Le pregunté.

– Ahí anda todavía revoloteando por todos lados con la lengua de fuera y sus seis ojos saltados– su rostro se iluminó con una sonrisa de recordar a ese Osmiguo.- El otro día llego Ganesha y cuando lo vio, moría de risa, ya sabes como es Ganesha, le modifico un poco las alas y ya puede volar bien anda como imperativo por los cielos.

–!Ahhh ! -respondió otro amigo presente. – ! Ya se cual es¡ yo lo he visto pasar muchas veces por mi ventana, a veces le dejo un poco de agua, nunca se ha dejado tocar , es muy curioso por que hace sonidos muy marcianos que provocan mucha risa, de hecho un día me pregunte: ¿Quién habrá creado esta locura?, No tiene forma terrestre, tampoco parece de los nuestros y me imaginé que quien le había dado forma seguro no se encontraba por el momento aquí por eso seguía libre por los cielos, nos es tan familiar que ya lo hemos aprendido a ver como una mascota, ¿Verdad Simón? – Le preguntó a otro de los amigos que ahí llegó.-

– O si, me encanta por que sus plumas hacen un reflejo tornasol con los rayos de los soles . Se ve que es muy feliz y que no necesita nada. Yo creo que cuando regreses seria bueno que lo aceptes ya como es , ya no lo modifiques que le hemos tomado mucho cariño.

– Si, estaba bien– Respondí casi en automático.- … aunque …no lo recuerdo – les dije apesadumbrada. Mi amigo imaginario respondió con esa genuina compasión que tiene.-

–No importa por el momento, cuando regreses a casa , vas a morir de risa al verle otra vez como aquella primera vez y volverán los recuerdos como si nunca te hubieras ausentado.

Si – respondió Tadeo-. Yo acabo de regresar de un viaje mundano y cuando llegue todo fue como si esa historia la hubiera vivido en un instante y he disfrutado mucho de mis gottelnos aunque ya pensé en regresar una vez más a este plano, de hecho, quiero preguntarte si puedo incluirme en tu historia en un par de años. – Aquello que funcionaban como sus ojos establecían un brillo inusitado esperando mi respuesta. –

– Claro, yo feliz de tenerte aquí.

• Quiero jugar un papel importante en tu historia, seré alguien que amarás mucho aunque no puedo revelar más, pero quería tomarte en cuenta, como tu lo has hecho cuando me has pedido ser parte de la tuya.
• Bueno pues – les dije – vamos todos a comer algo a la cocina mientras me siguen platicando.
• – Si pero ya deja ese celular, ¿Ok? y vamos hablar de secretos de esos que no se pueden publicar. -Sentenció mi amigo imaginario.-
• – Si está bien, pero no se vayn hasta que llegue la luz…

FIN, por el momento.

Por Shogun Montana

Dicen que la clave para poder escuchar las voces sabias que se encuentran en nuestro interior, o bien, también aquellas que se encuentran desde aquellos seres que nos acompañan o guían son los momentos de profundo silencio, como los que se forman cuando el día a día nos obliga a que pongamos un alto en estas tareas, como cuando se va la luz, y nos quedamos aislados de todos aquellos privilegios que la modernidad nos ha dado. Y en ese profundo momento de recogimiento, parece que es posible escuchar esa voz interna, esa voz sabía que reside dentro de nosotros, y que nos recuerda momentos así, momentos en los que el alma se encuentra en contacto con ella misma, para poder hablarse y desde ese espacio y tiempo, poder recordar algunos de los momentos, que nuestro ser, o nuestras partes del ser se encuentran vibrando y existiendo en otros planos y en otras dimensiones. Todo aquello que somos, todo aquello que en este momento estamos viviendo, en realidad con parte de la creación que nosotros mismos, como almas, como entes pensantes estamos construyendo y estamos manifestando.

¿Y si todo eso fuera en verdad real, que tal si en realidad somos esos seres de creación?