
¿Qué tan pesada es la cuesta que te toca subir? ¿Qué es aquello que necesitas para continuar?
¿Sabes que la razón por la cual las almas encarnan en este plano es la experiencia? ¿La experiencia a qué? A todas aquellas partes que se deben de experimentar y que de otra forma no sería posible que las “viviera” esa alma estando en otros planos de la dimensionalidad que es. Todo aquello que están viviendo como parte de esta existencia que denominas “vida” en realidad es parte de ese proceso de experimentación, como si en algún momento, esa alma hubiera decidido cuales son los aprendizajes que tendría que tener y entonces se crea la “realidad” subjetiva para que ella los pueda aprender, en ocasiones, no todos esos escenarios creados con lo que humanamente se pueden definir como “lindos” o agradables ante los ojos de la experiencia humana, sin embargo, no por ello significa que no sean adecuados para aprender aquello que se necesita experimentar. Los humanos a lo largo de su existencia, sobre todo cuando empiezan a desarrollar aquella parte del Ego que les empieza a relacionar con los demás, bajo los condicionamientos y las interacciones entre ustedes y aquello de denominan matirix, empiezan a dudar, y a ver aquellas experiencias como poco placenteras, aquello que pueden denominar frustración y que en muchas de las ocasiones de su vida los han llevado a momentos como lo son los de “tirar la toalla”, “abandonar el barco” o simplemente rendirse. En muchas de esas ocasiones, tal vez la experiencia misma que se debe de aprender es simple y sencillamente rendirse, rendirse ante el permitir vivir la experiencia y aprender todo lo que se debe de aprender de ella, para poder trascender, el punto importante es no dejar la experiencia, no abandonar su aprendizaje porque aquello que se está haciendo es evadiendo, eso es lo que en muchas de las ocasiones les ha ocurrido cuando piden «Dios por favor, desaparece esto», o en los momentos en los que al contrario se reniega tanto de ello, que como almas pequeñas hasta reniegan de la presencia o la existencia del Creador, como sin con ello, la experiencia pudiera desaparecer. El rendirse ante la «experiencia» no significa abandonarla, y dejar que aquella ilusión que se llama destino pueda hacerse cargo de sus vidas, o sus existencias, significa el tomar la responsabilidad de aquello que es y simplemente fluir con el aprendizaje que ello implica, el tomar las riendas de lo que esta pasando y con plena capacidad de aceptación, asumirla, vivirla, tomar entonces tus pies y continuar el camino que te va a llevar a tu destino, a pesar de que pudiera parecer escabroso, a pesar de que pudiera parecer muy difícil de subir, tan solo, consiste en «caminar», y cuando por fin estés cansado, tomar una pausa, y retormarlo, la iluminación, el destino, siempre se encuentra al final del mismo.
Y tu el día de hoy, ¿Que necesitas para retomar tu camino?